Universal spot

Friday, October 30, 2015

Respect, men.

It is not easy to be a man. It's a genre of its own slave overvaluation, because much is expected from a man.


By Margarita Rosa de Francisco
Fuente: El Tiempo
Published on October 28, 2015
Translated by Carlos Chocontá


Sometimes I pity you, ancestral peers, because of the rush of mad women, who drunken on feminist cause, we feast on the opportunities we find to rant against abuses of machismo, making of our valid speech a strenuous nag. It is healthy also to open a space to note that men have a difficult role in society and they have built history keeping bravely the heavy responsibility of being the tough ones. The fear of breaking down, of crying, of collapsing, to show that they are emotional, that is, to reveal that part which makes them beautifully helpless and human, leads to the, always forced, despotic, tyrannical behavior. My respects to you, millions of men, soldiers dragged century after century to distant battlefields to respond with his own chest, in a brawl against imaginary enemies created by the obscenity of powers. Carrying the hero medal and other deformed symbols to signify virility must be unbearable.
It is not easy to be a man. It's a genre of its own slave overvaluation, because much is expected from a man. To "fulfill" and succeed with women and in their profession, to be a leader, strong, courageous, and please, ¡do not be gay! Not to mention the stress of their sexual performance. For better or worse, they have between their legs the "holy" exposed and compassionate zero that betrays them in the most compromising moments, like a living lie detector, ready to glorify or betray them. Along with the venerable flag not only wave sizes, but honor, power, value and the sample of a "real man". ¡Such great expectations for an innocent part of body!
No wonder men are tired of having to be the sturdy one at all times, and his neurosis results in mistreatment of women, that counterpart who demands eagerly to make her feel safe and secure. This goes to his masculine energy to stand up, act and claim their rights. Also, a man could use his femenine aspect to know his vulnerability, since not take the risk to identify his feared state of fragility generates that confusing frustration so often transformed into any kind of violence.

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Monday, October 26, 2015

Los Cuatro Arquetipos del Varón Maduro: el Amante

Por Brett
Publicado el 10 de Junio de 2015
Traducido por Carlos Chocontá


Esta es la tercera parte de una serie sobre los arquetipos de la masculinidad madura basada en el libro Rey, Mago, Guerrero, Amante de Robert Moore y Douglas Gillette. Si no lo has hecho, se recomienda leer primero la introducción a la serie. Además, tenga en cuenta que estos mensajes son un poco más esotéricos que lo usual, y tienen el propósito de llevar a una cuidadosa reflexión.

En nuestros artículos previos de esta serie nos centramos en los arquetipos de la psicología infantil.  En este artículo tendremos el primer arquetipo del varón maduro: el Amante.

Inicialmente pensé en seguir el orden de los arquetipos en el libro,  empezando con el Rey y finalizando con el Amante. Pero Will, un miembro de hace tiempo de la comunidad de Art Of Manliness, sugirió cambiar esos lugares. ¿Por qué? Porque de acuerdo con Moore y otros Junguianos, cada arquetipo se empodera a cierta edad en la vida de un hombre. El Amante, como veremos, es el arquetipo de idealismo y emoción juvenil y es usualmente el primero de los arquetipos en desarrollarse. El arquetipo del Rey generalmente de activa de último, como culminación de los otros arquetipos. Pensé que era un buen método,  y así lo haré. Gracias, Will.

Dicho esto, iniciemos el análisis del arquetipo del Amante:

El Amante en Su Plenitud


Cuando oigo la palabra "amante" generalmente pienso en romance o sexo.

Pero hay muchos tipos de amor, el amor por mi familia, mis amigos, mi dios,  y por mi propia vida,  y el arquetipo del Amante busca cultivarlos todo con pasión. El Amante es el arquetipo de la emoción, del sentimiento, del idealismo, y de la sensualidad. Como la palabra "amante", sensualidad es a menudo asociada exclusivamente con sexo, pero en realidad tiene una aplicación mucho más amplia. Ser sensual significa estar abierto y usar todos mis sentidos en todas las área de mi vida, tocar, degustar, oler, escuchar y ver, o en otras palabras, experimentar tantas dimensiones de la vida como sea posible, tanto como sea posible.

Así, cuando un hombre entra en la energía del arquetipo del Amante, se siente lleno de energía y vigor y conectado con el mundo y los que le rodean. Un hombre en contacto con el arquetipo del Amante siente profundamente, sean esos sentimientos de alegría o de dolor.

El Amante está en sintonía con las misteriosas fuerzas que subyacen a nuestra existencia cotidiana; este es el arquetipo que alimenta la espiritualidad del hombre, y en el que residen las musas. Cuando siento esos destellos de inspiración o chispas de la creatividad, es la energía del Amante manifiestándose en nuestras vidas. El hombre que toma tiempo para desarrollar este arquetipo experimentará esas corazonadas, intuiciones y premoniciones con más frecuencia que los hombres que no lo hacen.

Un hombre que ha desarrollado plenamente el arquetipo del Amante en su vida también es a menudo adeptos a la lectura de la gente y las señales sociales. Desarrolla empatía con los demás y entiende cómo llevarse bien y conectar con una amplia variedad de personas.

Debido a que el amante es tan animado y sensual, disfruta de todos los placeres de la vida, ya sea la buena comida y bebida, la belleza del arte, o de mujeres hermosas. Este es el arquetipo que estimula mi apetito. Pero estos anhelos no son sólo por los placeres "más bajos" como el sexo y la comida, sino por una vida de significado y propósito. Y en la búsqueda de la libertad para perseguir apasionadamente estos fines, el Amante puede ver los límites y reglas le restringen.

Es por esto que el arquetipo del Amante tiene una relación única con los otros tres arquetipos del varón maduro. Mientras que la energía del Amante busca ser ilimitada, el Rey, el Guerrero, el Mago proporcionan de estructura y disciplina al hombre. Por lo tanto, la pasión del Amante alimenta y potencia esas tres fuerzas vitales, y a su vez, ellas canalizan y aprovechan la energía del Amante de manera sana hacia metas dignas.

Se puede encontrar el arquetipo del Amante en mitos y rituales a través de las culturas y el tiempo. El dios griego Dionisio presenta quizás el ejemplo más sobresaliente. Dionisio era el dios del vino, la alegría, el arte, la pasión y el sexo. Sus seguidores creían que cuando un hombre estaba tan abrumado por la emoción que parecía loco, Dionisio era el culpable. El festival anual celebrado en su honor cada primavera era un ritual inspirado en el arquetipo del Amante: un montón de beber, mucho baile, mucho teatro y mucho sexo.

Una historia moderna que ejemplifica el arquetipo del Amante es Zorba el griego. Zorba es un hombre que vive la vida plenamente. Él es mundano. Le encanta la buena comida y bebida. Él baila con el corazón. Zorba entiende que para que un hombre sea verdaderamente libre, él tiene que tener una vida emocional profunda; él necesita un poco de locura.


Ese es un hombre que tiene una buena dosis del arquetipo del Amante en su vida.

El arquetipo del Amante suele ser el primero que se desarrolla en un hombre. Miro a la mayoría de los hombres jóvenes y veo que, a menudo, están gobernados por el apasionado arquetipo del Amante: buscando iniciativas nuevas y emocionantes, desarrollando intensas relaciones románticas y sexuales, y llenos de idealismo juvenil. Sus experiencias se caracterizan por una intensidad aguda.

Las sombras

De arriba a abajo, de izquierda a derecha: 
El Amante en su plenitud. 
El Amante Adicto. El Amante Impotente. 
El Niño Edípico. 
El Niño de Mamá. El Soñador.

Recuerda que cada arquetipo tiene tanto un pináculo, el cual representa la plenitud del arquetipo, y una fracción de sombra bipolar. Estas sombras son el resultado del arquetipo al no estar integrado en un hombre de una manera sana y coherente. Las dos sombras del arquetipo del amante son el Amante Adicto y el Amante Impotente.

El Amante Adicto 


Si los otros arquetipos no aprovechan la energía del Amante, esto resulta en la sombra del Amante Adicto.

Un hombre poseído por el Amante Adicto es, como Moore dice, "eternamente inquieto." Él está siempre en busca de que una cosa, persona o experiencia le haga sentirse realmente vivo. Pero ya sea porque tiene expectativas demasiado altas, o porque ni siquiera sabe lo que está buscando, esa necesidad que le atormenta nunca se satisface.

El Amante Adicto se enamora de todas las chicas con quienes sale, y luego se revuelca en la desesperación cuando ella lo deja. Tiene constantemente ideas para inventos o negocios que le harán rico, pero nunca trabaja en ellos el tiempo suficiente para sacarlos adelante. Su apartamento está lleno de basura que compró por capricho y nunca usa. Su pasaporte está lleno de sellos, pero él no se siente más feliz de lo que salió de su casa para viajar por el mundo.

El Amante Adicto es un coleccionista de experiencias, posesiones o mujeres. Pero sin estructura, ninguna filosofía de vida para conectar las cosas que colecciona, su vida se siente fragmentada en lugar de completa. Sin un canal en el cual navegar, la energía del Amante se disipa en un millón de direcciones.

La otra cara de esta sombra es el hombre que toma toda la energía del Amante y la centra en una única cosa. Puede llegar a ser tan obsesionado con su objeto de su deseo que, en vez de traer alegría, trae destrucción y ruina. Tal vez usted conoce a un hombre que llegó a  involucrarse tanto en un vicio, un proyecto o incluso una afición, que le arruinó económicamente y destruyó sus relaciones. Ese era un hombre poseído por el Amante Adicto.

Creo que Jay Gatsby de El Gran Gatsby (mi libro favorito, por cierto), es un ejemplo perfecto de un hombre poseído por el Amante Adicto. Él suspira por la acaudalada Daisy Buchanan toda su vida. Es adicto a la idea de estar con Daisy y pasa su vida amasando una fortuna a través de actividad criminal sólo para poder estar con ella. Pero al final, Daisy decepciona Gatsby. La verdadera Daisy se parece a la fantasía por la que Gatsby se había obsesionado por años. Si lees el libro, ya sabes lo que pasa con el viejo Jay Gatsby al final. Lección aprendida: estar poseído por el Amante Adicto lleva a la ruina.

El Amante Impotente 


La sombra del Amante Impotente surge cuando un hombre está fuera de contacto con el arquetipo del Amante en su plenitud. Mientras que el Amante en su plenitud ve el mundo en colores vivos y texturas, el Amante Impotente sólo ve gris. Los hombres dominados por el arquetipo del Amante Impotente se sienten deprimidos, planos y muertos por dentro. Nada les trae alegría. Han perdido su pasión por la vida. Sus relaciones, ya sea románticas o platónicas, se complican y fallan para el hombre poseído por el Amante Impotente. La libido es inexistente en estos hombres, así como su vida sexual.

Mientras que el Amante Adicto no tiene suficiente estructura, el Amante Impotente puede surgir en un hombre que se disciplina demasiado. Esto es a menudo el caso con hombres devotamente religiosos, que, yendo más allá de las advertencias de su fe, se cargan a sí mismos con normas demasiado mojigatas, y sienten vergüenza cuando "caen" en los placeres mundanos. La energía del arquetipo del Amante se acumula detrás de un muro de límites, y sin un canal sano para continuar, tarde o temprano estalla en formas destructivas, como la adicción a la pornografía. El Amante Impotente se convierte en el Amante Adicto.

Acceso al arquetipo del Amante


Según Moore, el Amante es el arquetipo más reprimido y retrasado en el crecimiento de los hombres de hoy. Los hombres en Occidente no son animados a estar "en contacto con sus sentimientos." Como hombre, que se supone que debo estar fríamente separado de todo y todos. Pero los grandes hombres de la historia comprendieron que la emoción, debidamente aprovechada, es lo que impulsa a la grandeza. Los antiguos griegos llamaban ´thumos´ a esta pasión por la vida. Es un fuego interior que impulsa a un hombre a hacer grandes obras.

Así, tener acceso al arquetipo del Amante es vital para nuestro éxito como hombres. Pero, ¿cómo lo conseguimos?

La forma más sencilla de entrar al arquetipo del Amante es tomar más tiempo para disfrutar realmente de las cosas que traen placer a mi vida. El Amante Adicto está siempre buscando esa ensoñación que va a durar indefinidamente. Cuando se da la primer dosis de algo, ya sea una droga nueva, un nuevo lugar, un nuevo amorío, o un nuevo coche, su cerebro se enciende de placer. Pero el cerebro rápidamente se acostumbra a los mismos estímulos, y cada nueva dosis trae menos efecto. Así que el Amante Adicto toma una dosis más grande del estímulo para sentir el mismo placer que tuvo la primera vez. Pero nuevamente se acostumbra a la dosis. Y pronto el Amante Adicto amante queda atascado en un ciclo destructivo y la inquietud e insatisfacción lo acosan.

La respuesta para cortar este ciclo y aprovechar la energía del amante de una manera saludable es algo de lo que hemos hablado un par de veces antes: el cultivo de la virtud de la moderación y de estar completamente presente en mi vida.

En lugar de buscar más, dejo de experimentar las cosas que ya viví y lo hago de manera más profunda, utilizando todos sus sentidos. Convierto las pequeñas actividades cotidianas de la vida en rituales placenteros.

Por ejemplo, ¿me gusta beber café? Creo para mí mismo un momento para experimentar beber café relajada y lentamente un par de veces a la semana. Tomo una bocanada del aroma de los granos antes de molerlos, creo cuidadosamente la bebida en una prensa francesa, la vierto en esa taza que me gusta, y poco a poco la tomo, disfrutando el sabor.

Mastico los alimentos lentamente y realmente degusto los sabores. Disfruto tocar y besar la piel de esa persona en vez de sólo ir al acto, doy un paseo después de una llovizna y respiro ese olor fresco. Recuerda, el Amante experimenta tanto de la vida como le es posible, con tantos sentidos como sea posible.

Otra forma de acceder al Amante es participar en un hobby que me apasione, sobre todo los que involucran habilidades artísticas o artesanales. Es una prioridad en mi agenda dedicar tiempo a esa afición. No importa lo que sea. Mientras que me dé alegría, y me ofrezca una salida creativa, lo hago.

Un hombre que pretenda ingresar al arquetipo del Amante también debe hacer de la lectura un hábito de toda la vida. Sumergirme en literatura y escritos de una variedad de temas para estimular mi cerebro y darle algo para reflexionar aparte de la posibilidad de tener un sanduche de jamón o pavo para el almuerzo. Buscar conocimiento estimulará la capacidad del Amante para la imaginación y la inspiración.

Paso tiempo al aire libre, caminando y acampando. La naturaleza me ayuda a ponerme en contacto con las fuerzas misteriosas de la vida.

Y, por supuesto, puedo acceder al arquetipo del Amante haciendo tiempo para el romance. Planeo una cita sorpresa para su esposa o novia. No tiene que ser elaborado o costoso. Más aún, escribo cartas de amor a mi pareja o, si me siento particularmente inspirado, un poema de amor. Esto me da acceso instantáneo al Amante.

Además de las sugerencias anteriores, Moore también ofrece algunas técnicas para acceder a todos los arquetipos varoniles maduros más plenamente en nuestras vidas. Estas técnicas requieren lo que Moore llama imaginación activa.

Moore sugiere admirar y aprender acerca de los hombres que ejemplifican cada arquetipo. Para el Amante, puedo leer biografías y estudiar la obra de grandes artistas que admiro. Tal vez puedo pasar un mes estudiando la vida de Leonardo da Vinci. O si soy un fan de Hemingway, leer todas sus novelas.

Una técnica final para acceder a los arquetipos en su vida es "actuar como si" ya estoy accediendo a ese arquetipo en mi vida. Es la vieja filosofía de "finge hasta que lograrlo" de Aristóteles. Si siento como si el Amante Impotente ha tomado el control de mi mente y que he perdido mi energía y vigor, actúo como si fuera un apasionado por la vida y estuviese accediendo el arquetipo del Amante plenamente. Si el arte nunca me interesó, me obligo a visitar un museo y mirar el arte. Actúo como si estuviera realmente interesado y muy pronto puede que encuentre ya no tengo que fingir.


Los cuatro arquetipos de lo masculino maduro:
Introducción
Los arquetipos de la infancia - Parte I
Los Arquetipos de la infancia - Parte II
El Amante
El Guerrero
El Mago
El Rey

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Wednesday, October 21, 2015

Los cuatro arquetipos del Varón Maduro: Los Arquetipos de Infancia (Parte II)

Por Brett
Publicado el 22 de Junio de 2015
Fuente: Art of Manliness 
Traducido por Carlos Chocontá




Esta es la segunda parte de una serie sobre los arquetipos de la masculinidad madura basada en el libro Rey, Mago, Guerrero, Amante de Robert Moore y Douglas Gillette. Si no lo has hecho, se recomienda leer primero la introducción a la serie. Además, tenga en cuenta que estos mensajes son un poco más esotéricos que lo usual, y tienen el propósito de llevar a una cuidadosa reflexión.

Como se recordará, los arquetipos de infancia son energías positivas pero inmaduras que, con la orientación masculina apropiada, se convierten en los arquetipos de la masculinidad madura. La última vez hablé de dos de los cuatro arquetipos de infancia sugeridos por Moore y Gillette: el Divino Niño y el Niño Precoz. Hoy hablaré de los otros dos: el Niño Edípico y el Héroe. Entremos en materia.

El Niño Edípico


De arriba a abajo, de izquierda a derecha: 
El Amante en su plenitud. 
El Amante Adicto. El Amante Impotente. 
El Niño Edípico. 
El Niño de Mamá. El Soñador.

¿Te causa impresión un poco el nombre de este arquetipo? Es fácil de leer "Niño Edípico" y pensar "complejo de Edipo". Conoces la idea de Freud de que los niños tienen un deseo sexual reprimido por sus madres... ¡Qué asco!, ¿verdad? Bueno, espera un segundo.

Es cierto que Moore argumenta que el anhelo de un niño por la "acogedora, infinitamente buena, infinitamente preciosa Madre" está en la raíz de este arquetipo. Pero este anhelo no es por la madre real de un niño, sino más bien por la energía femenina de la "Gran Madre, la Diosa en sus muchas formas de mitos y leyendas de muchos pueblos y culturas."

Bueno, eso probablemente no ayuda mucho tampoco. Este es uno de esos lugares donde Moore y Gillette se ponen un poco demasiado Nueva Era para mí, y en los que su prosa puede poner distancia entre sus ideas y muchos hombres modernos.

La forma en que pienso en el arquetipo del Niño Edípico es relacionándolo con la filosofía de la época romántica, que realmente me gusta. Piensa en Ralph Waldo Emerson. Los románticos exploraron su vida interior, celebrando el poder de la imaginación y la intuición, tratando de sentir y experimentar la vida profundamente y ensalzar las virtudes de la pasión y la libertad de expresión. Ellos trataron de aprovechar la energía que emanaba de la Madre Naturaleza. El arquetipo del Niño Edípico también da a un niño el deseo de forjar relaciones con los demás y el cariño y calidez para nutrir esas relaciones. Así, en el corazón de este arquetipo está el deseo de conexión, una conexión con uno mismo, con las fuerzas más profundas de la vida, con la naturaleza y con los demás. De esta manera, el arquetipo del Niño Edípico contiene las semillas de la espiritualidad del hombre.

¿Ves? ¡Es algo bueno! Al menos cuando se nutre hacia el arquetipo maduro del Amante con energía masculina. Si se trata de no, estas sombras son el resultado:

Las sombras del Niño Edípico


El Niño de Mamá. En lugar de aprovechar la energía femenina positiva asociada a "la Gran Madre," el Niño de Mamá se fija en la energía de su madre real (y otras mujeres); él está demasiado conectado a su mamá. Jung diría que esta sombra arquetípica toma el control cuando no hay un padre, o cuando hay un padre débil en casa.

La sombra del Niño de Mamá se manifiesta de varias maneras. El más obvio es el niño (o el hombre) que está "pegado a las faldas de la mamá." Él nunca ofendería, heriría o preocuparía a su madre. Él vive para complacer su querida viejita, incluso si eso significa poner sus deseos y deseos por encima de los suyos. Nada le da más satisfacción que escuchar a su madre decir: "Eres un buen chico."

Muchos hombres nunca se libran de la influencia de la sombra del Niño de Mamá. Ellos siempre consienten a los deseos de su madre y poner lo que mamá quiere por delante de lo que quieren sus esposas (y lo que ellos mismos quieren). Estos hombres nunca se enteran de que el hombre fue hecho para dejar a su madre y padre y unirse sólo su esposa.

Otras formas en que la sobra del Niño de Mamá asoma su fea cabeza en hombres adultos es siendo mujeriego y con el uso excesivo del porno. Un deseo dominante de unión con la madre propia y el fracaso para aprovechar la energía femenina de manera saludable dará lugar a un hombre que busca llenar ese vacío y encontrar esa conexión en simples mujeres mortales. Pero, por supuesto, las mujeres mortales nunca pueden llenar ese papel del arquetipo de la Madre. Así que un hombre bajo el poder de la sombra del Niño de Mamá va de relación fallida en relación fallida o pasa incontables horas a la semana mirando porno con la esperanza de que él va a encontrar a una mujer que va a satisfacer su necesidad.

El Soñador. La sombra pasiva del arquetipo del Niño Edípico es el soñador. En lugar de buscar la conexión con los demás (especialmente con la Madre), el Soñador es distante. Mientras que el arquetipo positivo del Niño Edípico alimenta la espiritualidad de un niño, el Soñador lleva este deseo de otras mundanidades al extremo. Él se aísla de las relaciones humanas, ya que prefiere estar a solas con sus pensamientos. Aunque ciertamente hay nada malo con la introspección y la soledad, el niño bajo la influencia de la sombra del Soñador muy a menudo tiene la cabeza en las nubes y se aleja de la realidad. Él pasa mucho tiempo soñando, y no suficiente tiempo para aprender a relacionarse con otras personas, y desarrollando así las habilidades sociales necesarias para hacer que sus sueños se hagan realidad. Él está atrasado y desconectado.

Acceso al arquetipo del Niño Edípico como hombre


Un hombre que ha integrado con éxito al Niño Edípico en su mente entiende la parte gentil de ser un caballero. Él puede ser cálido, incluso "dulce" con los demás, y él puede ser introspectivo y espiritual al mismo tiempo mantener los pies en el suelo. No tiene miedo de aprovechar la energía "femenina", pero él no está dominado por ella tampoco. Él ama a su madre, y ha aprendido mucho de ella, pero es decididamente su propio hombre.

El Héroe

De arriba a abajo, de izquierda a derecha: 
El guerrero en su plenitud. 
El sádico. El masoquista. 
El Héroe. 
El Gran Matón. El Cobarde.

Recuerda cuando eras un adolescente. Recuerda la sensación de expansión de la independencia? Poco a poco comenzaste a depender cada vez menos de tus padres para tus necesidades básicas. Reclamabas más libertades y que tus padres te liberaran..

Además, si eras como la mayoría de los adolescentes, es probable que tomaras parte en actividades (a veces riesgosas) para poner a prueba tu temple y tu capacidad para superar el miedo. Querías demostrar a tus amigos, y sobretodo a ti mismo, que eras "suficientemente hombre" para asumir cualquier desafío que apareciera.

Hace unos años, estando en Vermont, Kate y yo fuimos a esta laguna a nadar en el bosque. El agua estaba fría y profunda y estaba rodeada de acantilados. Era perfecto para saltar desde arriba, pero podía ser bastante inseguro. Mientras Kate y yo nadábamos, vimos un grupo de adolescentes saltar al agua desde el punto más alto del acantilado. Cada inmersión se volvía más complicada y peligrosa.

Kate me dio un codazo y preguntó "Entonces, ¿vas a saltar?"

"No".

De repente me sentí viejo. Pensé en el tiempo en que yo era un adolescente acampando en Nuevo México con algunos amigos. Encontramos un lago con acantilados de 40 pies y pasamos la tarde saltando, girando y zambulléndonos en el agua profunda. Nos presionábamos para hacer saltos cada vez más audaces. Queríamos ponernos a prueba. Y aquí estaba 13 años más tarde, contento simplemente con nadar a lo largo de la orilla, viendo a estos jóvenes cayendo en picado en el agua.

Ese deseo de independencia que todos teníamos al ser jóvenes y ese casi imprudente abandono que tenían esos chicos en Vermont son manifestaciones del arquetipo del Héroe.


El arquetipo del Héroe es indiscutiblemente la figura más común en mitos. Joseph Campbell detalla el uso del arquetipo del Héroe en su obra fundamental, El Héroe de las Mil Caras. En ese libro, Campbell describe un viaje arquetípico que todos los héroes mitológicos deben tomar. Star Wars es un ejemplo perfecto de viaje del Héroe. Luke Skywalker comienza la historia como un simple "niño del campo" en el planeta Tatooine. Para el final de la primera trilogía el se ha convertido en un Héroe que salva a la galaxia del mal.

Aunque estamos acostumbrados a pensar que convertirse en héroe es el final de la historia, Moore sostiene que el arquetipo del héroe sigue siendo una energía inmadura que debe desarrollarse aún más hacia el arquetipo maduro del Guerrero. A diferencia del Guerrero maduro que lucha y batalla por una causa más grande que él, el Héroe inmaduro lucha, sobre todo, por sí mismo. El Héroe definitivamente tiene ideales, pero estos ideales se utilizan para el propósito egoísta de crear una identidad que facilite el proceso de convertirse en su propio hombre. Cuando eras adolescente, es probable que te apegaste a una identidad así, siendo el chico súper liberal, o el chico super-cristiano, o el gótico inconforme, etc. El único objetivo del Héroe es ganar su independencia personal, liberarse de la influencia femenina de su madre, y entrar de lleno en la masculinidad. Aún más, mientras que el Guerrero maduro conoce sus limitaciones, el Héroe no tiene ese tipo de conciencia de sí mismo, que a menudo resulta en ruina física o emocional.

El Héroe suele ser el último de los arquetipos de infancia en desarrollarse y es el pico del desarrollo psicológico en los niños. Es la última etapa de desarrollo antes de que un niño llegue a la edad adulta. Según Moore, esta transformación de niño a hombre sólo puede ocurrir a través de la "muerte" del Héroe. A través de ritos de iniciación y paso, el niño es simbólicamente muerto sólo para renacer como hombre. Desafortunadamente, debido a que muchos hombres en la cultura occidental moderna carecen de un rito de paso a la edad adulta, siguen psicológicamente en la adolescencia.

Las Sombras del Arquetipo del Héroe


El Gran Matón. El joven bajo la influencia del Gran Matón exige el respeto de los demás y va a desatar su ira tanto física como verbal si no lo recibe. Él ha dejado que el sentido de invulnerabilidad del héroe se convierta en un sentido arrogante e inflado de sí mismo. De este modo, el niño bajo la sombra del Gran Matón toma riesgos innecesarios y tontos, y su arrogancia conduce muchas veces a su propia destrucción.

Esta sombra muy a menudo sigue a un niño a la edad adulta. ¿Conoces algún hombre adulto que sufre de una intensa ira al manejar o explota porque la mesera le da la orden equivocada? Esa es la sombra infantil del Gran Matón en marcha. El hombre que todavía tiene esta sombra cree que es superior a todos los demás, y cuando su sentido inflado de sí mismo se ve amenazado, es decir cuando el mundo no se adapta a sus necesidades, pierde los estribos y arremete.

Pero debajo de la postura y la falsa valentía del Gran Matón, se encuentra un cobarde inseguro que tiene que luchar para mantener este hecho oculto a todos los demás. Esta inseguridad hace que el Gran Matón sea sensible a cualquier insinuación de que él no es lo suficientemente hombre, y por lo tanto carece de la confianza necesaria para incorporar cualquier energía "femenina" en su vida. Este es el hombre que quien se burla de la meditación o la introspección como cosas "de mujeres".

El Cobarde. La sombra polar pasiva del arquetipo del Héroe es el Cobarde. A falta de la valentía del Héroe, el niño bajo esta sombra evita la confrontación, ya sea física, mental o moral, el cobarde no puede hacerse valer por sí mismo. Él es un conformista, un chico que siempre va junto con la multitud y hace lo que otros le dicen que haga. Aún cuando luchar es la decisión correcta, se retirará y racionalizará su elección como la cosa "más viril" que hacer.

Pero el muchacho poseído por el Cobarde ni siquiera puede convencerse a sí mismo de sus propias excusas, y se desprecia a sí mismo por su cobardía. Sabe que todos pueden pisotearlo, y cuando sucede se pondrá más y más furioso hasta que llega a un punto de ruptura y arremete en su totalidad como un Gran Matón. Hubiera sido mucho mejor para este niño a manejar los conflictos de una manera más saludable.

Acceso al Arquetipo del Héroe como hombre


Creo que el arquetipo del héroe es el más difícil de integrar con éxito para un hombre.

Por un lado, los adolescentes ven las cosas como blanco y negro, y desprecian las convicciones sosas y las actitudes seguras de los adultos. Brett como adolescente habría estado decepcionado con la decisión adulta de Brett de no saltar al agua por el precipicio.

Por otra parte, los adultos sacuden la cabeza ante los riesgos tontos que los jóvenes toman y se ríen del idealismo irrealista de los jóvenes, diciéndoles que van a cambiar de opinión una vez que ven cómo el mundo "es en realidad."

El hombre completo debe caminar la línea entre estos dos campos. Él debe llegar a entender sus propias limitaciones y la verdadera naturaleza de los obstáculos en su camino; de lo contrario, no puede ser eficaz en lograr un cambio real. Al mismo tiempo, no puede perder el ánimo mientras lucha contra esos desafíos, y tropezar en el tipo de apatía cínica que hace que la búsqueda de la grandeza parezca una tarea imposible y un esfuerzo totalmente inútil. Él necesita ser capaz de tomar riesgos juveniles con el fin de lograr sus objetivos. Si un hombre puede pilotar su nave a través de sus Caribdis y Escila, se puede convertirse en el Guerrero heroico.


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Tuesday, October 20, 2015

Los cuatro arquetipos del Varón Maduro: Los Arquetipos de Infancia (Parte I)

Fuente: Art Of Manliness
Por Brett
Publicado el 18 de marzo de 2013
Traducido por Carlos Chocontá


Esta es la segunda parte de una serie sobre los arquetipos de la masculinidad madura basada en el libro Rey, Mago, Guerrero, Amante de Robert Moore y Douglas Gillette. Si no lo has hecho, se recomienda leer primero la introducción a la serie. Además, tenga en cuenta que estos mensajes son un poco más esotéricos que lo usual, y tienen el propósito de llevar a una cuidadosa reflexión.

Para entender los cuatro arquetipos de la masculinidad madura, primero tenemos que explorar a sus precursores. Hay cuatro arquetipos de infancia que se desarrollan en los arquetipos de hombres. El correcto acceso y el aprovechamiento de sus energías es esencial para el pleno desarrollo de un niño. Estos arquetipos inculcan en los niños un sentido de maravilla, juego y energía, rasgos esenciales para el aprendizaje y el desarrollo.

Y estos arquetipos de infancia no nos dejan al crecer, pregresamos y accedemos a los arquetipos masculinos maduros. Si bien cada uno de los cuatro arquetipos de infancia da lugar a los cuatro arquetipos de hombres, no se descartan los de infancia una vez que alcanzamos los arquetipos maduros; los arquetipos de infancia permanecen como bloques de construcción de la estructura de nuestra hombría.

Mientras que Moore y otros junguianos alentarían a los hombres a mantenerse en contacto con sus arquetipos de infancia, argumentarían que no debemos hacerlo a expensas del desarrollo del masculino maduro dentro de nosotros. Según Moore, uno de los mayores problemas que enfrentan los hombres en Occidente es que la mayoría de los hombres todavía se rigen por los arquetipos de infancia y no han pasado a asumir lo masculino maduro. Como resultado, tenemos una sociedad de hombres que actúan y piensan como adolescentes. Son, como Moore dice, "niños fingiendo ser hombres".

La exploración de los arquetipos de infancia es útil por dos razones. En primer lugar, es un recordatorio de que nunca debemos perder el contacto con la enérgica infantilidad que reside en cada uno de nosotros. Acceder a ese entusiasmo juvenil hace la vida más agradable y nos permite relacionarnos con nuestros hijos u otros chicos a nuestro cargo. En segundo lugar, la exploración de los arquetipos de infancia, en particular las sombras bipolares, nos hará consciente de los patrones infantiles de pensamiento en que todavía estamos cayendo, patrones que pueden ser retraso en el crecimiento de nuestro crecimiento a la edad adulta madura.

Aqui voy a hablar de dos de los arquetipos de la adolescencia. Y la próxima vez voy a explorar los otros dos.

El Divino Niño

De arriba a abajo, de izquierda a derecha: 
El Rey en su plenitud. 
El Tirano. El Alfeñique. 
El Divino Niño. 
El Tirano de la Silla Alta. El Príncipe Alfeñique.


Según Moore, el arquetipo del Divino Niño suele ser el primero de los arquetipos de infancia en desarrollarse. Para los junguianos, el Niño Divino es la fuente de entusiasmo juvenil por la vida. Es el arquetipo dentro de nosotros que produce una sensación de bienestar, paz y alegría, así como un entusiasmo por la aventura. Siempre que tenga esa sensación de emoción y deseo por un nuevo comienzo, es el arquetipo del Divino Niño mostrándose en su vida.

El Divino Niño es en muchos aspectos tanto indefenso como todopoderoso. Indefenso porque él es todavía un niño y depende de los adultos para satisfacer sus necesidades, y todopoderoso porque consume la atención de los que le rodean. La atención que le rodea es mutuamente beneficiosa: la necesidad de atención el Divino Niño es satisfecha, al tiempo que el Divino Niño estimula e inspira a otros. Si eres un padre que ve a su hijo lograr algo, entenderás esta dinámica.

Vemos el arquetipo del Divino Niño reflejado en diversas tradiciones religiosas y mitos de todo el mundo siendo el más destacado el de la historia de Navidad. Cristo es un  Divino Niño arquetípico. Su padre es Dios. Él viene al mundo como un bebé indefenso, sin embargo la gente le mira con temor y esperanza de un comienzo nuevo. Él trae paz y orden a la tierra.

Existen historias similares en otras culturas. Las historias del nacimiento de figuras como Zoroastro, Moisés, Buda y Krishna cuentan acontecimientos milagrosos o eventos místicos que predijeron el gran trabajo que tenían que hacer sobre la tierra. Estos bebés especiales tenían un enorme potencial, sin embargo eran tan vulnerables como cualquier recién nacido es.

Si es criado correctamente, el arquetipo de Divino Niño madurará en el arquetipo adulto del Rey. Si se descuida, el Niño Divino podría convertirse en una de sus sombras para madurar en una sombra del arquetipo del Rey.


Las Sombras del Niño Divino


Recuerde que cada arquetipo tiene una división bipolar de su sombra. Estos dos sombras son el resultado del arquetipo que no se integra en un niño / hombre de manera sana y coherente. Las dos sombras del Niño Divino son el Tirano de la Silla Alta y el Príncipe Alfeñique.

El Tirano de la Silla Alta. Al igual que el Divino Niño, el Tirano de la Silla Alta necesita atención. Pero a diferencia del Divino Niño, el Tirano de la Silla Alta no da nada a cambio. Él no inspira, él sólo exige. E incluso cuando se cumplen sus necesidades, la atención a menudo no cumple con sus expectativas poco razonables, por lo que hace un berrinche. Con Gus pasando a los alimentos sólidos y comiendo en una silla alta, este arquetipo es bastante conmovedor para mí. Tiene hambre así que le doy comida, pero a veces después de unos bocados, empieza a negarse a comer y lloriquear. Y salpicando comida sobre su papá.

El Tirano de la Silla Alta es la encarnación del narcisista arrogante con derechos. Él quiere atención, pero él no quiere mover un dedo para conseguirlo. Él piensa que se lo merece porque sí.

Vemos la influencia del arquetipo del Tirano de la Silla Alta no sólo en niños, sino en hombres que aún tienen que pasar a la masculinidad madura. Como un niño, el mundo, o al menos la vida de sus padres, gira en torno a él y sus necesidades. Pero a medida que un hombre madura, que debe llegar a darse cuenta de que no es el centro del universo! De lo contrario, no va a gastar su narcisismo infantil.

Un hombre adulto que todavía se rige por el Tirano de la Silla Alta se enfurruña cuando no se sale con la suya, no puede asumir la responsabilidad de sus acciones, y es incapaz de aceptar las críticas. Su arrogancia le puede cegar a la realidad y causarle tropiezos. Usted puede ver el Tirano de la Silla Alta manifestado en celebridades y políticos que creen que son tan especiales que no sólo tienen derecho a disfrutar de cosas como la infidelidad y la corrupción, sino que tampoco serán atrapados.

También vemos el Tirano de la Silla Alta en nuestras vidas cuando no espero más que perfección de mi mismo y me flagelo si no cumplo con esas expectativas autoimpuestas e irrazonables. Esa voz en mi cabeza que me dice que no soy lo suficientemente bueno es el niño mocoso y molesto dentro de ti golpeando la mesa con su cuchara y gritando. Ignóralo.

El Príncipe Alfeñique. El Príncipe Alfeñique no lanza rabietas como el Tirano de la Silla Alta, pero él hace su propio tipo de demandas. Él no tiene pasión por la vida, sin entusiasmo y sin iniciativa, y por lo tanto debe ser completamente mimado. Interpreta el papel de víctima muy bien; cuando surgen retos o problemas, nunca es culpa del Príncipe Alfeñique, y sus padres obedientemente saltan a salvarlo. Él es el niño hipocondríaco que siempre encuentra algo para quejarse.

El arquetipo del Príncipe Alfeñique puede influir en un hombre aún a edad adulta. Por lo general toma la forma del "Síndrome del buen tipo". Un hombre que permite que el arquetipo del Príncipe Alfeñique gobierne en su vida es apático y desmotivado. Él no puede tomar la iniciativa para hacer saber sus necesidades, pero se molesta cuando los demás no cumplen con sus expectativas. Él es el príncipe de la agresión pasiva.

Acceso al Divino Niño como hombre


La integración del Divino Niño en su vida como hombre asegura que, incluso a medida que envejece, todavía se permanece joven de corazón; este arquetipo mantiene fresca la sensación de vivir, me inspira con una visión de mis posibilidades, alimenta mi creatividad, y me impulsa a la aventura. Un hombre que no retenga algo del Divino Niño en él pierde de vista su gran potencial y se contenta con simplemente ser mediocre. La integración exitosa del arquetipo del Divino Niño implica conservar un recuerdo de mis posibilidades divinas, y al mismo tiempo tener la humildad para darse cuenta de sólo soy humano después de todo.

El Niño Precoz

De arriba a abajo, de izquierda a derecha:
El Mago en su plenitud.
El Manipulador Solitario. El "Inocente que Niega.
El Niño Precoz.
El Sabelotodo Embaucador. El Tonto.


El siguiente arquetipo de infancia a desarrollar es el Niño Precoz. Si es criado correctamente, el niño precoz con el tiempo se convierte en el arquetipo maduro del Mago. El arquetipo del Niño Precoz se manifiesta cuando un niño está ansioso por aprender sobre el mundo que le rodea. La curiosidad y el asombro brotan de este arquetipo. Cuando mi hijo pregunta todos esos molestos "por qué: ¿Por qué el cielo es azul? ¿Por qué el sol brillante? ¿Por qué mueren las cosas?, es el Niño precoz manifestándose. Lo mismo ocurre con los niños que leen durante horas, está absorto en un proyecto de arte o un experimento de ciencia, o trabaja intensamente en mejorar sus habilidades atléticas.

El Niño Precoz me empuja a desarrollar mis talentos y me da esa chispa varonil para explorar e investigar, para descubrir cómo funciona el mundo y lo que motiva a la gente. Él reflexiona sobre los misterios de la vida y es reflexivo e introspectivo, pero no es antisocial, porque le encanta compartir lo que ha aprendido con los demás con la esperanza de ayudarles. Un hombre que se mantiene en contacto con este arquetipo de infancia mantiene su asombro infantil y su curiosidad por el mundo. Él se niega a dejar que el cinismo pudra sus entrañas y cansarle de las maravillas de la vida.

Las Sombras del Niño Precoz


El Sabelotodo Embaucador. Como su nombre lo indica, esta energía masculina inmadura es el lugar desde donde brota la travesura en los niños (ya sean inocentes o malvados). Tiene su origen en el sentido de superioridad de un niño ante todos los demás -una superioridad que se siente obligado a probar y demostrar de varias maneras.

El Sabelotodo Embaucador sabe encantar para salir de problemas. Él es experto en el engaño, la manipulación y se gana la confianza de los que le rodean, sólo para traicionarles cuando menos se lo esperan.

El Sabelotodo Embaucador es también la fuente de pretensión intelectual en chicos jóvenes. Los niños (y algunos hombres también) que dejan que el Sabelotodo Embaucador gobierne su mente son propensos a hablar de más. Esto puede ser una cosa positiva: el embaucador señala errores y dice que el rey no lleva ropa cuando otros tienen miedo de hablar. Pero los niños bajo el poder de la sombra del Sabelotodo Embaucador pueden ser muy presumidos y disfrutar intimidando a los demás con sus palabras.

El Embaucador ha perdido el contacto con el Divino Niño, y por lo tanto no siente que él mismo tiene algún grado de grandeza. Debido a que su sentido de superioridad con frecuencia no se basa en nada sustancial, él es envidioso e inseguro, y esto se manifiesta en la necesidad de presumir, y derribar otras personas y sus ideas. Le encanta destruir cosas, pero no construye en sí mismo.

El Embaucador se centra en mantener las apariencias. Los hombres que crecen hasta la edad adulta todavía bajo la influencia de este arquetipo inmaduro resulta en "millonarios asalariados" Ellos no hacen mucho dinero, pero gastan y actúan como si lo fueran. Una vez más, todo es un intento de llevar a los demás a pensar que el Sabelotodo Embaucador es mejor de lo que realmente es, y lo más importante, que es mejor que otros.

La mitología está llena de figuras Embaucadoras. Ulises de la tradición griega se conoce como un "hombre de muchas artimañas." Sus engaños le ayudaron a sobrevivir su largo viaje a casa, pero su boca también lo metió en problemas que hicieron el viaje más largo. En las culturas indígenas de América, el coyote a menudo asume el papel del Embaucador en sus mitos.

El Tonto. Los niños bajo la influencia de la sombra del Tonto son aparentemente descoordinados, ingenuos, sin vigor juvenil, y lentos aprendiendo. Según Moore, "la ineptitud del Tonto ... es con frecuencia menos de lo real." Él puede entender en realidad más de lo que deja ver, pero se hace el tonto para engañar a los que le rodean y para evitar el riesgo de luchar y fracasar. En pocas palabras, la sombra del Tonto tiene una sombra secreta de Embaucador al acecho en su interior. Un arquetipo dentro de un arquetipo.

Acceso al Arquetipo del Niño Precoz como hombre


Un hombre que ha integrado con éxito el arquetipo del Niño Precoz mantiene su curiosidad por el mundo y se dedica al aprendizaje constante. Se permite contemplar los misterios de la vida y está siempre buscando un mayor conocimiento. Pero él no utiliza la acumulación de este conocimiento para sentirse superior a los demás, ni para manipularlos y engañarlos. En cambio, él está dedicado a compartir sus revelaciones como mentor y maestro.


Los cuatro arquetipos de lo masculino maduro:
Introducción
Los arquetipos de la infancia - Parte I
Los Arquetipos de la infancia - Parte II
El Amante
El Guerrero
El Mago
El Rey

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Saturday, October 10, 2015

La Cura para el Malestar del Hombre Moderno : Los 5 Interruptores de la Virilidad



La Cura para el Hombre Moderno Malestar: Los 5 Interruptores de la Virilidad

¿Qué acosa al Hombre Moderno?


El Hombre Salvaje Navega la Vida del Siglo XXI

"Nuestros antepasados ​​tenían la civilización dentro de sí mismos, y lo salvaje por fuera. Vivimos en la civilización que crearon, pero dentro de nosotros la naturaleza salvaje aún perdura. Lo que ellos soñaron, lo vivimos, y lo que ellos vivieron, lo soñamos." (T.K. Whipple)

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